
Todos conocemos lo que se denominan las primeras marcas, aquellas que cuentan con un mayor porcentaje del mercado y con un alto presupuesto en marketing par posicionarse.
En las segundas o terceras marcas, podemos tener dos lecturas.
La empresa crea otra marca para el mismo producto a fin de comercializarla en otros segmentos de marca o provienen de empresas mas chicas, con menor volumen de producción.
Por ultimo, tenemos las marcas blancas, tal vez las menos conocidas con ese nombre a la cual explicaremos de forma mas amplia.
Marcas Blancas (#marcasblancas)
Una marca blanca, también denominada marca del distribuidor, es una marca perteneciente a una cadena de distribución generalmente, híper o supermercado, pero también de gran distribución especializada con la que se venden productos.
En ocasiones, grandes o primeras marcas muy conocidas crean una segunda marca de más bajas prestaciones y a un precio más económico de adquisición para el consumidor, de esta forma dichas grandes marcas consiguen acaparar todos los sectores económicos del mercado sin vulgarizar su primera marca lanzando al mercado productos de más baja calidad o prestaciones con un coste de adquisición más económico que su primera marca.
A los fabricantes de marcas blancas no interesa relacionar dichos productos de bajo costo a la primera marca que estos tienen, o simplemente no les interesa darse a conocer en el mercado mediante productos de bajo costo que suelen ser los productos de marca blanca.
Las marcas blancas se han considerado tradicionalmente una estrategia B2C (abreviatura de Business-to-customer, ‘del negocio al cliente’, en inglés). Además, los comercios apuestan por las marcas del distribuidor con una mejor relación calidad/precio.